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Cómo afrontar la Infidelidad

Cómo afrontar la Infidelidad

La infidelidad es, en especial para los matrimonios y las parejas estables, un durísimo trance que destruye la confianza que debe haber entre ambos.

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Las personas que han sido traicionadas pueden verse incapaces de manejar el dolor de esta experiencia. Otras veces son ambos miembros los que deciden acudir a ver a un especialista para iniciar un proceso.

Afrontando la Infidelidad

Este proceso terapéutico, cuando es llevado por un buen profesional, tiene como objetivo trabajar para conseguir el perdón, no necesariamente la reconciliación.  Esto quiere decir que se trabajará para disminuir el sufrimiento y el dolor, para elaborar lo sucedido y para continuar hacia adelante.

A veces la pareja decide que quiere permanecer junta y entonces ése será también el objetivo de la terapia. Otras esto no sucede: la pareja decide dejar de serlo y la relación se rompe.

Ambas posibilidades son totalmente legítimas. Lo que se pretende es superar el dolor y el resentimiento, sabiendo que no es fácil y/ o ayudar a las personas a adaptarse a la nueva situación.

Afrontando la Infidelidad

Las personas que han sido traicionadas pueden tener sentimientos de desilusión, desesperanza, tristeza, enfado, ira… Muchas veces el proceso por el que pasan es similar al del duelo. Esto se debe a que hay una pérdida: la de la confianza en el otro, la de la imagen que teníamos de nuestra pareja o de nosotros mismo, de la vida que habíamos pensado que tendríamos.

Todos estos sentimientos son perfectamente normales. En los primeros momentos debemos buscar personas que nos escuchen y comprendan. También es importante serenarnos y no tomar decisiones apresuradas. Si sentimos que estos sentimientos son muy intensos y nos perturban profundamente siempre se debe acudir a un profesional que nos ayude.

Afrontando la Infidelidad

Darse un tiempo

Es esencial para actuar con calma y reconocer en nosotros mismos qué sentimos y qué queremos. La confusión es muy normal en estos momentos y no debemos asustarnos por sentirla.

No te culpes:

Es muy tentador querer comprender la situación preguntándose ¿qué hice mal?, ¿será la otra persona mejor que yo?, tendría que haber estado más atento, ¿cómo no me di cuenta?. Aunque estas preguntas vengan a tu cabeza una y otra vez no les dejes quedarse mucho tiempo. Sólo con el diálogo podrás saber qué ha sucedido realmente. Es mejor que pienses en cómo quieres actuar a partir de ahora que en cómo lo hiciste antes. Esto permite pasar de la culpa a la responsabilidad y a la acción.

En resumen, el dolor, el resentimiento y la desconfianza son perfectamente normales cuando descubrimos o nos es revelada una infidelidad. Si estos sentimientos nos embargan durante mucho tiempo y nos impiden seguir con nuestra vida es momento de buscar ayuda profesional. Nos ayudará a elaborar el dolor, avanzar y perdonar y, si es nuestro deseo, a retomar nuestra relación.

La infidelidad no tiene porqué terminar con la pareja. Puede salir incluso fortalecida.

Pero si no puede ser así, también nos merecemos que nos ayuden a planificar cómo serán las cosas a partir de ahora, para vivirlas sin sufrimiento y con confianza.

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