Viajar a Tahití y sus islas es como trasladarse a un mundo nuevo donde contemplar impresionantes paisajes y dejarse mimar por la suavidad de sus gentes y la exclusividad de sus hoteles y establecimientos. Si no tienes destino todavía para escaparte estas vacaciones, te recomendamos que te pierdas en la isla más grande y fascinante de la polinesia francesa, un paraíso en el Pacífico.
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Malasia, un destino paradisíaco
Rodeada de playas de ensueño, aguas cristalinas y exuberante vegetación, la Polinesia Francesa está formada por 118 islas y atolones con un área total de tierra de 4.000 kilómetros cuadrados y está constituida por cinco archipiélagos: las islas de la Sociedad, las islas Australes, los Atolones Tuamoto y las islas Bambier. Quienes la conocen, lo certifican: es un destino de lujo para los amantes del sol, el mar, las playas exóticas, las actividades acuáticas y las excursiones por la naturaleza.
Un viaje por cualquiera de estas joyas del Pacífico es el sueño de muchos turistas, pero Tahití es, junto a Bora Bora, Rangiroa, Fakarava y Nuku Hiva, una de las paradas más fascinantes del recorrido. Bautizada por muchos como “la isla del amor”, Tahití es la isla de mayor superficie de la Polinesia. Su territorio, de 1000 kilómetros cuadrados, alberga altas montañas, cataratas, ríos cristalinos, mares de esconden riquezas incalculables…
En resumen, se trata de un paraíso único, ideal para perderse en cualquier época del año. Es un lugar impactante que viene respaldado por las mejores referencias. En su carta de presentación destacan la alta calidad de sus infraestructuras turísticas y el amplio abanico de estímulos únicos y originales que están al alcance del visitante.
Qué hacer
Índice de Contenidos
Tahití pone a disposición de los turistas más sibaritas todo lo que puedan imaginar e incluso mucho más. Si alguna vez has soñado con alojarte en magníficos bungalows sobre el agua, nadar junto a ballenas jorobadas, alquilar una isla para una celebración especial o adquirir una ostra que contenga una preciada perla negra, esta es la escapada que estabas buscando.
Y ése será sólo un pequeño aperitivo de todo lo que podrás vivir a lo largo de esta trepidante aventura. También puedes embarcarte en el lujoso velero catamarán Archipels Croiseres para surcar las aguas del Pacífico, conocer el resto de las islas y contemplar una puesta de sol desde los Mares del Sur. Esta embarcación te brindará la posibilidad de recorrer las islas mientras disfrutas de un refrescante baño en el mar, seguido de un suculento desayuno en cubierta servido por uno de los miembros de su tripulación.
Otra opción exclusiva y atractiva es sobrevolar Bora Bora en helicóptero y disfrutar de su impactante paisaje a vista de pájaro. Y, si lo que buscas es una experiencia romántica, sólo para dos, puedes perderte en un “motus”, uno de los pequeños islotes que salpican estas islas. Sólo se puede acceder en barco, pero merece la pena con tal de disfrutar de una jornada íntima en sus playas blancas y desiertas.
Para rematar la faena como se merece, el viajero debe someterse a un exclusivo tratamiento de belleza realizado a base de perlas picadas; degustar la gastronomía local en alguno de los selectos restaurantes de la isla; comprar recuerdos y souvenirs en el mercado de Papeete (capital de Tahití); y participar en un evento festivo en el que podrá deleitarse con las tradicionales y vistosas competiciones de danzas tahitianas.
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