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Cinco razones por las que nos preocupamos y cinco maneras de preocuparnos menos – Parte 2

Cinco razones por las que nos preocupamos y cinco maneras de preocuparnos menos – Parte 2

Cinco razones por las que nos preocupamos y cinco maneras de preocuparnos menos – Parte 2

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En el post pasado terminábamos diciendo que es muy difícil dejar de preocuparse, pero es importante tener entre las manos ciertas herramientas que, nos ayuden a salir del bucle de todos esos pensamientos que hacen que nos preocupemos. Veamos 5 de esas posibles herramientas:

  1. Cuando estés preocupado, observa cualquier creencia que esté reforzando esa preocupación.

A menudo no reconocemos lo que nuestra mente está haciendo. Podríamos ser conscientes de sentirnos ansiosos y estresados, pero no nos damos cuenta de que tenemos un cierto grado de elección en dejar ir las preocupaciones. La conciencia del proceso nos da más opciones de control en cuanto a cómo respondemos ante ciertas situaciones y pensamientos.

  1. Calma el sistema nervioso.

Cuando estamos constantemente preocupados y al “borde del abismo”, nuestro sistema nervioso está en alerta máxima. La tensión mental se traduce en tensión física, lo que puede hacernos sentir como que realmente debemos preocuparnos porque nos sentimos tan alterados físicamente. Existen varias formas de calmar nuestra mente y cuerpo y encontrar una sensación de facilidad: como relajación muscular guiada, meditación (este es un ejercicio sencillo de un minuto que puedes practicar prácticamente en cualquier lugar) y ejercicio físico. Compartimos este video donde Elsa Punset con su característica dulzura, nos explica a la perfección como meditar en un minuto y poder entrenar tu mente.

  1. Enfrenta de cara tus miedos.

La preocupación está destinada a protegernos de nuestro miedo, y sin embargo puede conducir a suponer cosas que nunca sucederán. Cuando enfrentamos nuestros temores de frente, tienden a disminuir. En lugar de preocuparnos inútilmente, podemos practicar aceptando deliberadamente que lo que tememos podría suceder: “Es posible que extrañe mi vuelo”. “No puedo saber con seguridad que este mal tiempo con tanto aire frio, no se convertirá en un desagradable resfriado.” “No puedo estar completamente seguro de que no perderé mi trabajo.” Al principio, probablemente te sentirás extraño, como que te estás autoengañando. Pero con la práctica repetida, sin embargo, nuestros temores se vuelven menos agresivos y podemos enfrentarlos con mayor seguridad

  1. Abrázate a la incertidumbre.

La mayoría de las cosas que nos importan en la vida implican incertidumbre. No podemos estar absolutamente seguros de que lo haremos bien en el colegio, en el trabajo, de que la gente nos quiera, que siempre tendremos nuestra salud a la perfección, o que tendremos un matrimonio feliz. Y sin embargo, no tenemos que permitir que esta incertidumbre nos impida vivir la vida que queremos. Más allá de tolerar simplemente la incertidumbre, podemos abrazarla como una parte inherente de la vida. Pasamos tanto tiempo tratando de eliminar la incertidumbre que se necesita una práctica considerable para comenzar a abrazarla.

  1. Vive en el presente.

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El entrenamiento en la conciencia consciente es a menudo una parte del tratamiento para la preocupación excesiva (como en el desorden de ansiedad generalizado). La atención plena enfatiza enfocar nuestra energía mental en el presente, con apertura y aceptación, una actitud que es útil en muchos niveles. La preocupación en general tiene que ver con el futuro, así que entrenar su atención en el presente es una manera poderosa de reducir sus preocupaciones. Podemos practicar centrando nuestra atención en el presente en actividades cotidianas como tomar una ducha, caminar, o hablar con un amigo, así como en prácticas más formales como la meditación o el yoga.

Se necesita práctica para preocuparse menos cuando estamos en el hábito de preocuparnos. Incluso cuando estamos decididos a dejar atrás nuestras preocupaciones, nuestra mente casi seguramente volverá a ellos. Dejar atrás y dejar caer nuestras preocupaciones es como meditar: Nuestros pensamientos volverán a nuestras preocupaciones, así como nuestras mentes se alejarán de la respiración cuando meditamos. Podemos establecer una intención, y luego volver a ella cuando nos damos cuenta de nuestra mente se ha desviado del objetivo. No podemos eliminar todas las preocupaciones, pero podemos elegir dónde dirigimos nuestra atención.

PSICOLOGIA CLAVE: Elena Sánchez-Porro Frías e Irene Albert Cebriá

 

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