El pasado mes de septiembre Netflix estrenaba “Wrestlers: Lucha libre, pasión y sacrificio”, una nueva serie documental de producción propia que está llevándose grandes elogios tanto por parte del público como de la crítica. La serie de siete capítulos nos muestra las luces y sombras del deporte espectáculo.
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La primera temporada de “Wrestlers” se presenta en siete episodios en los que se acompaña a los responsables de una conocida organización de lucha libre en su día a día y en su empeño por intentar desarrollar la carrera de un grupo de luchadores con un futuro prometedor.
Pasión por la lucha
A principios de los años 90, Telecinco logró crear todo un fenómeno social gracias a la emisión de “Pressing Catch”, un programa que descubrió la lucha libre profesional americana al público de medio mundo. Mezcla entre deportistas y actores, personajes como Hulk Hogan o El Enterrador se convirtieron en ídolos de la chavalería de la época, que jugaba a imitar -con más o menos fortuna- los mandobles, piquetes de ojos o los abrazos de oso que abundaban en estos espectáculos de lucha que siempre hacían dudar sobre cuánto había de real en esos guantazos que se daban.
El boom del pressing catch pasó, pero la organización que lo sustentaba, la WWE (entonces llamada WWF), ha seguido organizando combates, aunque sin la repercusión mediática de antaño.
Las viejas glorias de la WWE fueron desapareciendo. Pero, algunos de ellos, como Dwayne Johnson (La Roca), Dave Bautista o John Cena, se han cambiado con éxito al mundo del cine, algo que, en cierto modo, nos ha ayudado a volver a acordarnos del gran espectáculo de la lucha libre.
Sin duda, otro factor que nos ha hecho recordar aquellos combates de los años 80 y 90 es el abrumante éxito del UFC. Igual que hizo en su momento la WWE, el UFC ha convertido en un éxito la modalidad de las artes marciales mixtas (MMA), un “todo vale” sin el kitsch de la lucha libre que se centra mucho más en la parte deportiva de la competición.
El hecho de poner el foco más en el combate que en el espectáculo ha hecho que, igual que pasa con el boxeo, UFC sea carne de pronóstico deportivo. Las apuestas UFC son cada vez más populares y prácticamente todas las casas cuentan con un apartado dedicado a esta modalidad deportiva.
Veremos si la reciente fusión entre UFC y WWE supone que la lucha libre sea más deportiva o si se ofrecen combates de MMA en los que se recalque esa parte de espectáculo y diversión tan típica de la lucha libre.
Sacrificio en la lucha libre
El cambio de siglo trajo consigo la decadencia de la lucha libre a nivel mundial, con el impacto que eso tuvo en las vidas de los luchadores que habían saboreado las mieles del éxito. Una historia que hemos podido ver reflejada en películas como “El luchador” de Darren Aronofsky, protagonizada por un Mickey Rourke que fue nominado al Oscar por su actuación, o en la exitosa serie “Glow”, donde se cuenta la historia real sobre un programa de lucha libre femenina de los años 80 que, contra todo pronóstico, logró un gran éxito.
Ahora, Netflix nos cuenta la historia de los éxitos y los sinsabores de la lucha libre en formato documental. Nada de historias basadas en hechos reales, sino la vida misma.
“Wrestlers” sigue la vida de Al Snow, una de las grandes figuras de la lucha profesional. Fue uno de los luchadores más populares gracias a su habilidad y los números humorísticos con su inseparable complemento: una cabeza de muñeco, llamada “Head”, con la que se ponía a hablar en de los combates. Luego se dedicó a la promoción de peleas y a entrenar a otros luchadores, alguno de ellos de la UFC.
En esta docuserie, Al Snow es el líder de la organización que quiere lanzar las carreras de diversos personajes de lucha profesional masculina y femenina. Pero, además de mostrarnos cómo funciona este mundillo, también se reflejan las relaciones personales y dificultades a las que se enfrentan estas personas.
Esta nueva apuesta de Netflix tiene todos ingredientes para que te enganches a una maratón de capítulos: personajes con mucho carisma, humor, drama, espectáculo, deporte… No en vano, para muchos, es ya el mejor documental deportivo del año.
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