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Roadtrip al Parador de Alarcón

Roadtrip al Parador de Alarcón

Barbireando

He pensado mucho como enfocar este primer post, para hacerlo atractivo y sobre todo que podáis plantearos, a través de lo que cuento, vivir vuestra propia experiencia. Basándome en las 5 emociones primarias, que nos ponen en movimiento algo tanto interno como externo, voy a utilizar esta referencia, para explicar los diferentes momentos vividos y resumidos en 5 experiencias que van a definir mi estancia.

Parador-portada

Como soy mucho de aires, he dejado que me lleven a la Ilustre Villa de Alarcón. En sus orígenes fue musulmana y el Rey Alfonso VII la consiguió conquistar en 1184, gracias a la valía de sus hombres y en especial a Hernán Martínez de Ceballos, el cual debido a sus gestas, cambió su apellido por el de Alarcón. El pueblo fue ganando importancia, prueba de ello eran sus cinco iglesias, en la actualidad solo hay cuatro. La Villa de Alarcón debe su nombre a los árabes: Alarcón = “La fortaleza” y la construcción del castillo del que deriva el actual.
Salgo de Madrid por la Carretera de Valencia hasta el desvío de Honrrubia, donde cojo la antigua carretera de Valencia, la cual hoy en día se ha quedado medio muerta.Qué cantidad de recuerdos de cuando era pequeña e iba con mis padres a Cullera y Gandía. Sin darme cuenta, desciendo hacia el Embalse de Alarcón, ubicado en el alto del rio Júcar. Me dejo deslumbrar por el azul verdoso de sus aguas… Es una estampa preciosa.

Vuelvo de mis pensamientos, para desviarme a la Villa de Alarcón. Ahí, sobre el promontorio, yergue la magnífica Villa. La historia de Alarcón esta ligada a su castillo y viene determinada por su condición de plaza fortificada, lo que le valdría ser cabeza de una de las regiones del antiguo Señorío de Villena. Aparco el coche en la plaza de entrada al Castillo y mi alojamiento de los próximos días. Recorro con mis ojos todo lo que puedo y me impresiono con la torre, su majestuosidad y sus almenas. Me viene a la mente algo que me dijo mi hija cuando fuimos al Parador de Jarandilla, “Mami, hoy soy una princesa y voy a dormir en un palacio”.

Entrada-castillo

Sueño:

Como si de un sueño se tratara, llego a mi habitación dentro de la torre: la 104, dedicada a Leonor Plantagenet, Duquesa de Gascuña, esposa de Alfonso VIII, impulsora de la poesía trovadoresca. Y en esta habitación tan llena de historia y mucha magia que se descubre a través del grosor de sus muros, me asomo a la ventana como si de una princesa me tratara y observo las maravillosas vistas de la villa de Alarcón. Pienso en el privilegio que tengo de disfrutar de esta estancia llena de historia, Barbireando cual princesa de rosa y que va a descansar en su espectacular cama con dosel.

Cama-dosel

Cuando amanece, a través del ventanal entra la luz del sol y me despierta de mis sueños. Me acerco a ver ese amanecer, en un lugar único e irrepetible, que me recuerda que el día ha empezado y que hay mucho que #barbirear. Hay una frase que se ha quedado grabada en mi cabeza “Y los sueños, sueños son… Y es ahí en los sueños donde te espero cada noche como desde hace muchos años para vernos. Y como si de una poesía trovadoresca se tratara, siento disgusto como amada, porque el amanecer nos separa y me recuerda que tengo que volver a la realidad”. ¡A seguir soñando bonito!

Sensibilidad:

La sensibilidad es la facultad de sentir, de sentir cada una de las emociones que trasmite el poder estar en el Parador de Alarcón “Marques de Villena”; de recorrer cada uno de sus muros y sentir que hay miles de historias que quieren ser contadas. Cuenta la leyenda que en la habitación 104, sentado en la ventana, D. Juan Manuel pasaba tardes enteras escribiendo libros tales como el “Conde Lucanor”, una de sus obras celebres. Una obra cargada de enseñanza y moralejas: “A las cosas ciertas encomendaos y las vanas esperanzas, dejad de lado”.

Sabor:

El sabor está en todo lo que concierne a este Castillo. Sabor a historias, sabor a personas que hicieron posibles cada una de estas estancias, sabor a todo lo que aparece en cada momento que paso en este lugar mágico, y, sabor a sus tradiciones gastronómicas que aparecen como manjares y que es unos de los pilares de Paradores. Sentada en el comedor,  cierro los ojos y pienso en una mesa corrida llena de delicatessen, gente vestida con sus pompas y música amenizando el escenario tan cortesano. Se que voy a disfrutar de una experiencia gastronómica con mayúsculas.

comedor Paradores
El sabor a gastronomía conquense se refleja en platos como el Lomo de orza, el Ajo Mortero, el Morteruelo y el Helado de Queso, seleccionando siempre los mejores productos. No decepcionan los sabrosos pescados, como la trucha del Júcar, ni el pisto manchego. La cocina del Parador de Alarcón sabe a Guiso manchego y Morteruelo Conquense, a perdiz en escabeche, a Duelos y Quebrantos, a dulces árabes y a quesos de La Mancha. Y la sed se sacia con excelentes vinos, elaborados con las afamadas uvas manchegas. Todo de la mano del chef José Saiz. La cocina árabe dejó aquí su huella de forma muy especial.

Silencio

Cuando vas llegando a Alarcón, el silencio se produce, ese silencio que tras sobrepasar el arco de entrada a la villa, hace que el tiempo se pare. El silencio forma parte del Parador, que te invita a escuchar a los pájaros, el sonido de los árboles, el agua, el crujir de las maderas… Hasta el móvil se pone en silencio!!. El silencio es una parte más de mi estancia que me invade y deja que mis pensamientos fluyan en ese mundo del shhhhhhhhhhhhhhhh.

Slowlife

“La desaceleración como fórmula para ser feliz
En nuestro día a día no somos conscientes de que somos adictos a la velocidad, vamos súper acelerados, apenas desconectamos y no vivimos el presente”. Con este mensaje en el cerebro llego al Parador y con un objetivo muy claro: empezar a trabajar en esta nueva filosofía con unos principios muy claros:

– Buscar los espacios Slow: lugar en que cada uno encuentra su momento de tranquilidad. El parador me brinda muchos de ellos.
– Desconectar: Es el propio espacio el que genera esa magia y que hace que pueda vivir el momento, consiguiendo que desconectemos de los problemas del día a día.
– Encontrar el ritual Slow: uno de los rituales que he descubierto ha sido el poder desayunar sin prisas, sin carreras.

relajacion-parador

Pues con mucha pena y llena de felicidad me despedido de este nuevo rincón del ¡Barbireando por Spain !.

Colorin, colorado está experiencia ha terminado …

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