Por Vanessa Pragasam
El Claustro fusiona tradición y modernidad en una propuesta estival que recorre los sabores únicos de Granada.
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En pleno centro histórico de Granada, a escasos metros de la Catedral y la Capilla Real, se alza el Palacio de Santa Paula, Autograph Collection, un edificio monumental que guarda entre sus muros la huella de un antiguo convento del siglo XVI. Bajo sus arcos centenarios se encuentra El Claustro, un restaurante que combina la calma de un oasis urbano con una propuesta culinaria que celebra la tradición granadina desde una mirada contemporánea. Este verano, su carta renovada invita a un viaje gastronómico por toda la provincia, desde la Vega y la Costa Tropical hasta las alturas de Sierra Nevada o la Contraviesa.
Experiencia Gastro
La propuesta estival de El Claustro se nutre de productos de cercanía y recetas reinterpretadas con técnica y creatividad, ofreciendo una experiencia que conjuga tradición y modernidad. Nuestra cena comenzó con un aperitivo exquisito: un bocatín de tomate de Amela, una tartaleta de hummus de albahaca y queso curado en aceite de Montefrío, que nos introdujeron a la riqueza de sabores locales. De entrante, disfrutamos del ajo blanco con higos de temporada y almendras estofadas de la Contraviesa, una combinación fresca y delicada que marcó el tono de la velada.
Como platos principales, el bacalao confitado con fritaílla de tomate encominada, encurtidos y su pil-pil, y el cochinillo crujiente acompañado de patatas, demostraron la maestría en la reinterpretación de clásicos con técnicas contemporáneas.
Además, la carta formal incluye otras joyas como las espinacas esparragadas con caldillo de ajopollo y huevos de codorniz escalfados, el tartar de atún rojo Balfegó con gazpacho de naranjas del Valle y brotes de amaranto, o la lubina con gazpachuelo de chirlas y aceite verde.
Para culminar, el postre “Violetas y Lavanda de Sierra Nevada” nos sorprendió con su delicado equilibrio de aromas y sabores, junto a creaciones como la tartita de queso con sorbete de mango de la Costa Tropical o el pastelito de chocolate y cardamomo con sopa fría de té paquistaní, que visten la tradición granadina con un aire veraniego y sofisticado.
Para quienes prefieren un ambiente más distendido, La Barra del Claustro ofrece una carta pensada para compartir, en la que no faltan sabores auténticos y platos ligeros. Desde las croquetas de quisquilla y las berenjenas con miel de caña, hasta los gurullos con crema de queso montefrieño, tomate casero y salvia, pasando por clásicos reinterpretados como la tortilla al punto o la hamburguesa de vaca pajuna. La experiencia se completa con una selección de coctelería premium con inspiración andalusí, como el refrescante Morisca Premium, perfecto para las tardes y noches estivales.
El Claustro del Palacio de Santa Paula se presenta este verano como un auténtico viaje sensorial por la provincia de Granada, donde cada plato es una postal comestible y cada rincón un recordatorio de que historia y gastronomía pueden convivir con armonía. Un refugio con frescor, sabor y carácter, en pleno corazón de la ciudad.
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