Ana Guerra responde a las quejas de su vecino, que afirma que no puede vivir por el ruido de sus ensayos: “Es que estudio mucho“.
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Ana Guerra confiesa que tuvo que ir a terapia: “Me ha costado tres años y medio, pero aquí estoy”
Miguel Ángel Muñoz y Ana Guerra han roto
Los vecinos de la cantante canaria Ana Guerra parecen no estar muy contentos con la artista, sobretodo, por culpa de sus ensayos nocturnos, que no les dejan descansar. La situación parecía estar en calma desde hace unos meses cuando la cantante se disculpaba con ellos a través de una nota en el ascensor, que ella misma compartió en sus redes sociales, prometiendo que cumpliría con las normas de convivencia vecinal.
“Os prometo que soy buena vecina, aunque a veces me despiste“, escribía la cantante en una nota de disculpa a sus vecinos, a los que invitaba a visitarla para tomar un café en su casa para limar asperezas. Sin embargo, un año después de esas primeras quejas, ha sido otro de sus vecinos quien ha decidido hacer público su malestar sobre el ruido de los ensayos de la artista, que no le dejan vivir.
Ante las cámara de Madrid Directo, Yalal, el vecino en cuestión se quejaba de no poder dormir, descansar ni teletrabajar por culpa de la música constante que procedía del piso de arriba, donde vive Ana Guerra. Además, no dudaba en hacer una petición pública a través del programa, pidiendo a los espectadores que por favor comprasen el nuevo disco de la cantante para que así ella ganase más dinero y pudiese mudarse a otro sitio donde poder ensayar a gusto sin molestar a nadie.
Como era de esperar, las quejas de su vecino revolucionaron las redes llegaban la protagonista de esta peculiar “guerra vecinal”, Ana Guerra, quien intentó quitar guerra al asunto. En el nuevo programa de Sonsoles Ónega, ‘Ya son las ocho’, la cantante explicó que no era una queja generalizada, sino solo por parte de Yalal: “La comunidad no se queja, se queja uno nada más. Es verdad que un día se me fue la olla y estuve hasta las 3 tocando. Me dejó una nota y la subí a las redes pidiendo perdón. Es que estudio mucho. ¿A quién no se le va la olla un día?“.
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