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De campamento

De campamento

Llega la primera quincena de agosto y muchos padres irán pronto a dejar a sus hijos en el campamento. Algunos lo harán por primera vez, quizá moviéndose entre preocupaciones y el deseo de que lo pasen bien.

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Pero ¿qué claves pueden ayudar a los padres a decidir si esta es una buena opción para el verano? ¿Cómo saber si un niño está preparado o no para afrontar un tiempo fuera de casa?
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Aunque habitualmente los niños suelen comenzar a ir de campamento en torno a los seis u ocho años, cada padre sabe si su hijo será capaz de pasar una serie de noches fuera sin pasar un mal rato. ¿Por qué no fiarnos de nosotros mismos?

Niños autónomos

campamento4Popularmente se piensa que el campamento y la separación actuarán trabajando la autonomía del niño, que de alguna manera lo curtirá. Sin embargo, sabemos que la autonomía se conquista, ya que se trata de un proceso en el que habrá pasos hacia delante y también retrocesos.

Podemos exponer a nuestros hijos a estar sin nosotros, pero siempre de una forma controlada y teniendo dos cosas muy claras: no hay que contagiarles nuestra preocupación y debemos darles información. Estos dos movimientos les ayudarán a enfocar la aventura con optimismo y a reducir la incertidumbre. Si vamos con ellos hasta el lugar en la jornada de puertas abiertas, o revisamos juntos cómo será el horario y que actividades tendrán estamos dándoles pistas para que imaginen y se ilusionen.

De la misma forma podemos realizar un pequeño entrenamiento: durante el año pueden pasar alguna noche fuera, en casa de un amigo o en una granja escuela. También son estupendos los campamentos urbanos, que le dan al niño una idea de la estructura de los mismos pero sin pasar la noche fuera.

Practicando en estos ambientes mejorarán desenvolviéndose solos y también se verán más capaces.

Eligiendo

campamento7Algunas preguntas muy útiles para elegir campamento son:

¿Dónde y cuándo se realizará?¿Cuánto costará? Para niños más pequeños es conveniente que no estén muy lejos del hogar y que su duración no sea muy extensa.

¿Quiero que duerman fuera o no? De la misma forma, los campamentos urbanos son una buena forma de comenzar, ya que son diurnos y el niño duerme en casa.

¿Cuál es el tamaño del campamento? Un monitor por cada diez niños es una ratio bastante buena, que nos asegura que será manejable y estarán bien atendidos.

¿Qué tipo de campamento? Actualmente hay muchas opciones que pueden ajustarse a los intereses de los niños. Los hay de arte, de arqueología, de música o de inglés. Podéis consultarlos en www.campamentos2015.com.

campamento8También es conveniente pensar en qué tipo de actividades van a realizarse y si hay más tiempo de estudio que de juegos o viceversa. Un punto a favor es que el campamento no sea una versión extendida del colegio, que haya tiempo para nuevas actividades y nuevos espacios.

Por último, debemos pensar si el campamento es una opción adaptada a las necesidades específicas de nuestro hijo, en el caso de que requiera algún cuidado especial. También existen campamentos adaptados a necesidades concretas, con personal profesional especializado y con máximas garantías.

Ellos tienen derecho a opinar

campamento3También es frecuente escuchar que hay que aguantar el tirón: si el niño lo está pasando mal ya se acostumbrará, no hay que hacer caso y menos presentarse allí corriendo, si te lo llevas lo estás malcriando… etc.

Quizá lo útil aquí sea pensar en el resultado final más que en el momento: si un niño se angustia en el campamento, lo invade la tristeza y no se implica durante algunos días es que está sufriendo. Puede que no fuera el momento adecuado para llevarlo, o que no tuviera práctica suficiente o que las condiciones del campamento no fueran las mejores para ese niño.

Todas estos factores pueden cambiar con la experiencia, la edad o la elección, así que no debemos preocuparnos si no sale bien a la primera: habrá más oportunidades.

Lo importante aquí es que el niño no se sienta abandonado y sin posibilidad de decidir. Si vamos a verle y observamos que no está bien adaptado, si nos llama por teléfono diciendo que quiere volver, si llora y se angustia podemos ir a recogerle. Es mejor que sepan que no se trata de un castigo, que no estarán allí quieran o no, y que pueden volverlo a intentar. Para transmitirles esto debemos ir a por ellos con calma, sin hacer recriminaciones o largos interrogatorios. Podemos respetar que no lo hayan pasado bien, ponernos en su lugar y dejar para el verano siguiente lo que éste no salió bien.

Recordemos que la autonomía es una conquista y tiene más que ver con conducirse uno mismo y descubrir los propios recursos que con sentirse solo y tener que apañárselas. La vida diaria está llena de oportunidades para que los niños se enfrenten a retos y se sientan capaces. No lo concentremos todo en una quincena.

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