Comunicarse sin violencia

¿Cuántas veces estallas emocionalmente al ver que las cosas no salen como quieres?. ¿Y cuántas otras te cuesta expresar tus necesidades y sentimientos por no molestar al otro, acumulando cada vez más tensión en tu interior?. ¿Sueltas lo que piensas o te lo callas?.

Lo cierto es que hay muchas maneras de expresar lo que queremos y sentimos, pero no es tanto el cómo, si no que el resultado sea óptimo para ambas partes y grabemos una huella positiva en el otro. Hoy os ayudamos a hablar sin violencia.

La interpretación que haga la otra persona de lo que digamos va a depender mucho de cómo lo expresemos. Todo lo que sale por nuestra boquita tiene impacto, por tanto debemos asegurarnos de que aquello que digamos llegue al otro como queremos.

Estamos acostumbrados a escuchar cuán necesario es ser empático, asertivo; sobre el feedback y lo importante de saber comunicarse; pero oímos menos hablar de la Comunicación No Violenta (CNV), una comunicación que recoge los conceptos antes mencionados.

La CNV se refiere a:

1. HABLAR desde el corazón, expresando una compasión natural que surge cuando rechazamos la violencia oral: malas palabras, formas bruscas de hablar, etc.
2. ESCUCHAR el más allá de las palabras, el para qué. Todo lo que decimos tiene un para qué, pero las voces, el emplear una palabra u otra… dificulta que el receptor sepa captarlo.

Con la CNV no buscamos cambiar la conducta de los demás para conseguir lo que queremos; lo que se pretende es establecer vías de colaboración a través de la empatía y la honestidad. Este tipo de comunicación está enfocada sobre todo a aquellas conversaciones que implican un conflicto y donde emisor y receptor no se ponen de acuerdo; aplicando la CNV evitaremos enjuiciar o herir a la otra persona, mostrando la mayor objetividad posible.

¿Cómo empezamos a usar la Comunicación No Violenta? Debemos de tener en cuenta seis puntos, resumidos en las siglas: O.L.A.C.E.P

1. ORIGEN: Debemos garantizar que la persona a la que nos dirigimos es realmente la fuente principal de nuestro malestar de eso que nos ha molestado generándose un conflicto.
2. LUGAR: La conversación no violenta debe darse en un entorno neutro, preferentemente que no haya más personas que las involucradas en ese conflicto y sobre todo escogiendo el momento adecuado. No intentes hablar en caliente, pues en esos momentos salen serpientes y culebras de nuestra boca que pueden envenenar al otro. Utiliza el viejo truco de contar hasta 10, 20 o el número que haga falta, hasta que te relajes y puedas conseguir perspectiva de lo ocurrido.
3. APROXIMACIÓN AMISTOSA: Igual que os decíamos lo importante de buscar el momento para hablar, también debes asegurarte de que la otra persona está en su momento para escucharte. Igual no estamos en ese momento caliente de cabreo, pero la otra persona sí lo está, obcecada en que es ella quien tiene la razón. Por tanto, espera pacientemente el momento que facilite una aproximación amistosa.
4. COMPORTAMIENTO OBJETIVO: No es lo mismo decir “eres tonta” a decir “estás haciendo el tonto”. La primera expresión enjuicia la forma de ser de la persona, no dándole permiso a ser de otra manera y dañándole su ego. Mientras la segunda, habla de una manera de hacer, y lo que se hace hoy de una manera, mañana se hace de otra; calificamos un momento determinado y no la forma de ser de la persona. Con esto queremos mostrar la importancia de ser objetivos en una CNV.
5. EMOCIÓN: Una vez ya hayamos descrito los hechos que nos han molestado, inmediatamente después expresaremos la forma en que nos ha hecho sentir. Así ayudaremos a la otra persona a entender cómo estamos y estar más receptiva en futuras ocasiones. Lo mismo debemos hacer nosotros, conocer cómo se siente la otra persona y que no quede ninguna emoción negativa a flor de piel.
6. PROPUESTA DE MEJORA: Como os decíamos al iniciar este post, no solo es saber comunicar lo que nos ha molestado, sino también tener en cuenta al otro. Por tanto en este último punto, propondremos una acción que beneficie a ambas partes. No solo nosotros tenemos necesidades, también el otro y hay que tenerlas en cuenta.

Veamos un ejemplo: Arcadio, tu compañero, en todas las reuniones te interrumpe cada vez que hablas, dificulta que te concentres y casi nunca eres capaz de concluir tu exposición. Esto te enciende cada día más y más, a la vez que afecta a tu autoestima no sintiéndote eficaz ni capaz de terminar tu trabajo y exposiciones. ¿Cómo aplicas la CNV?

Tú a Arcadio: “¿A lo largo del día tendrías un momento? Es que me gustaría comentarte una cosita” (Te diriges a la fuente del conflicto, garantizas un lugar tranquilo y te acercas amistosamente). En las reuniones cuando tengo que hablar de mis proyectos y me interrumpes, me cuesta volver a concentrarme y pierdo el hilo (comportamiento objetivo). Probablemente lo hagas con buena intención y querer dar tu opinión para mejorar, pero cuando me desconcentro y me bloqueo, me siento incapaz de retomar lo que estaba diciendo (expresas lo que sientes). ¿Podrías esperar que termine para dar tu punto de vista? De este modo estaré más tranquilo, y creo que yo también podré estar más atento a lo que tú dices y ver la posibilidad de incorporar tus propuestas a las mías (propuesta de mejora beneficiosa para ambas partes).

PSICOLOGÍA CLAVE: Elena Sánchez-Porro e Irene Albert

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