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-Ser mayor, no significa que abandones tus hobbies ni tus sueños-
A lo largo de la etapa de tu juventud y la adultez temprana, has ido acumulando diversas experiencias y todas ellas muy variadas, tanto buenas como malas. Has ido aprendiendo a través del “ensayo y error”, continuamente te atraía probar cosas nuevas, has ido conociendo a mucha gente, unas se han quedado por el camino y otras personas siguen a tu lado… de una u otra manera, todo lo que te acontecía, parecía estar lleno de posibilidades.
A los 50 años, es probable que hayas acumulado la sabiduría necesaria para colocarte en un terreno más sólido y seguro, con una idea más clara de hacia dónde se dirige tu vida. Pero, en nuestra sociedad obsesionada con los jóvenes, en mantenerte guapo y en buen estado, de repente notas que te etiquetan de “viejo”. Todo ha cambiado.
La sociedad a menudo envía el mensaje de que la vejez no es más que una sala de espera para “el final”: las personas mayores son débiles, inútiles, enfermas e irrelevantes. Comienzas a digerir estos mensajes y puedes sentirte invisible. A medida que se acerca la jubilación o se ve obligado a jubilarse, los medios lo invitan a imaginar su vida posterior a los 50 o 60 años como una etapa de ocio, donde ya no tiene que trabajar para alcanzar un objetivo, esforzarse o crecer, como cualquier persona normal.
Como terapeutas, sabemos que aquellos que ven su futuro como uno sin metas, sin esfuerzo o sin crecimiento, son mucho menos felices que aquellos que ven sus próximos años tan lleno de posibilidades como los anteriores.
Si ves la vejez como un momento en el que dejas de hacer cosas y te quedas quieto, no podrás experimentar todas las alegrías del ser humano durante todas las etapas de su vida: descubrir, desarrollar y expandir. No hay edad en la que debamos abandonar nuestros sueños y renunciar a nuestras posibilidades. Dejar de ser una persona en activo en el mundo laboral, no significa renunciar a un propósito en la vida o un rol en el mundo. Si te sientes exhausto, aburrido o tienes una actitud negativa, ¿no podría significar que lo que tienes que hacer es reinventarte?
Hoy en día, la gente vive más tiempo que nunca. A medida que creces, puedes contribuir a la vida de una forma nueva, siendo fiel a lo que eres hoy. Ese es el regalo del momento presente, el poder reinventarte. Sigues estando fresco y vivo, con oportunidades que no están ligadas a tu profesión pasada. Vamos a ver hoy, cuatro claves para aumentar tu felicidad a medida que envejeces:
- Conócete a ti mismo
Para decidir cómo quieres que sea tu vida, necesitas conocerte y aceptar tu forma de ser más profunda. Dedica algo de tiempo al día meditando y focalizando sobre la siguiente pregunta: ¿Qué deseo del mañana? No se trata de lo que pensaste que sería tu vida después de los 50 años cuando tenías 20 años, y no se trata de lo que otras personas quieren que hagas. Se trata de explorar quién eres.
- Aparta lo que te está deprimiendo
Para reinventar tu vida de la mejor forma posible, debes intentar dejar a un lado lo que no te sirve, lo que te afecta negativamente y todo eso que te altera, para recuperar esa energía que te permita seguir adelante. La vida después de los 50, puede significar el tener que quitarte el arnés que te ata a tu carrera profesional, a exigencias familiares, para permitirte andar libremente por esos intereses que siempre has tenido pero que nos ha podido disfrutar cuando te preocupaban las demandas de los demás.
- Deja claro lo que quieres
Hay muchos caminos que puedes seguir para buscar lo que quieres y eso que te encanta. Muchas personas entre los 50 y 60 años invierten en nuevas experiencias “laborales” o nuevos pasatiempos, no con el objetivo de obtener un bien material, si no por la propia satisfacción personal de sentirse realizados. Por ello si te arrepientes de que no has hecho cosas que siempre has querido, estás en tu momento para hacer y deshacer todo eso. Piensa en tus años saludables pasados los 55 o 60 como un “bono de longevidad”. Gasta tu bonificación en hacer lo que amas.
- Actúa ahora
Si hay algo que siempre has querido hacer, ¿a qué estás esperando? Has ganado sabiduría y experiencias a lo largo de los años; no hay mejor momento para avanzar en proyectos que antes parecían imposibles. Aunque eventualmente te enfrentarás a dificultades a medida que tu cuerpo envejezca, en el momento presente estás dotado de la oportunidad de obtener un beneficio y una felicidad mayores de las que has experimentado antes.
Lograr tus metas para la vida después de los 50 puede implicar más que solo esfuerzo. Requiere la voluntad de descubrir el camino, que puede estar fuera de lo que sabes actualmente. El camino hacia la felicidad a menudo requiere curiosidad, apertura y flexibilidad. Pero, recuerda, no has terminado la colina; estás en la cima de la montaña Ya sea que tengas 18 u 88 años, cada día es una nueva oportunidad para crear vida de nuevo.
PSICOLOGIA CLAVE: Elena Sánchez-Poro Frías e Irene Albert Cebriá
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