La primera dama francesa evita el contacto con su marido en dos momentos clave que avivan la polémica.
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La reina Letizia y Brigitte Macron, duelo de estilo en París
Los focos diplomáticos apuntaban a un encuentro institucional entre Francia y Reino Unido, pero ha sido el matrimonio Macron quien ha terminado acaparando toda la atención mediática. Dos gestos, aparentemente banales, pero cargados de significado, han vuelto a colocar a Emmanuel y Brigitte Macron en el centro de los rumores sobre una posible crisis conyugal. A pesar del intento de mantener las formas, las cámaras no perdonan, y esta vez los tabloides británicos no han tardado en titular con fuerza: “La humillación de Brigitte a Emmanuel Macron” o “Brigitte Macron ignora a su marido”.
El presidente francés y la primera dama llegaban a Londres este martes para reunirse con los príncipes de Gales y asistir a varios actos institucionales. Sin embargo, su comportamiento ante la prensa y las autoridades ha sido interpretado como un reflejo de una relación que podría estar atravesando su momento más delicado.
Primer gesto: la mano que no se aceptó
El primer signo de tensión llegó nada más aterrizar en suelo británico. El matrimonio bajaba la escalinata de su avión privado cuando Emmanuel Macron ofreció su mano a Brigitte para ayudarla a descender. Un gesto de cortesía habitual entre la pareja presidencial. Sin embargo, ella decidió ignorar la ayuda de su marido y se sujetó con firmeza a la barandilla. Un detalle aparentemente sin importancia, pero que en el lenguaje no verbal deja entrever distancia.
Brigitte et Emmanuel Macron sont de retour sous le feu des projecteurs : la Première dame de France n’a pas serré la main de son mari.
Cela s’est produit lors d’une rencontre officielle avec le prince William. pic.twitter.com/xlzmJUEA1E— Ribere Fabrice (@RibereF) July 8, 2025
Medios como el Daily Mail o The Sun se hicieron eco rápidamente de la escena, subrayando la frialdad del gesto y señalando el hecho como una nueva prueba del deterioro del vínculo matrimonial entre ambos. No es la primera vez que este tipo de momentos acaban acaparando titulares más allá de las fronteras francesas.
Segundo gesto: el silencio incómodo del coche oficial
El segundo episodio se produjo apenas unos minutos después, al subir al coche oficial que los llevaría al Castillo de Windsor para su encuentro con el rey Carlos III y la reina Camilla. Una vez dentro del vehículo, Brigitte Macron volvió a dejar clara su falta de conexión con Emmanuel. Mientras él miraba hacia el exterior o intentaba entablar conversación, ella centraba toda su atención en la pantalla de su móvil, desentendiéndose por completo del entorno e incluso de su esposo.
Este comportamiento ha sido calificado como “poco respetuoso” por parte de varios analistas de protocolo y ha sido interpretado como un nuevo desaire público. De nuevo, las cámaras lo captaron todo y el eco mediático no se hizo esperar. Lo que debía ser una escena de unidad política se transformó en una instantánea de distancia personal.
Vietnam: el bofetón que nadie olvidó
Estos dos gestos no son hechos aislados. Los rumores sobre una posible crisis entre los Macron comenzaron a intensificarse tras su polémica visita de Estado a Vietnam, a finales de mayo. En aquella ocasión, las cámaras captaron un momento desconcertante: Brigitte le propinaba a Emmanuel una especie de bofetada en la cara antes de bajar del avión. Aunque el entorno del presidente intentó restarle importancia asegurando que fue un gesto “de complicidad”, pocas personas creyeron esa versión.
🎥🇫🇷 À son arrivée au Vietnam, le présidant français, Emmanuel Macron semble avoir été frappé au visage par son épouse, Brigitte Macron
Par la suite Brigitte Macron refuse de prendre le bras que lui tend Emmanuel Macron pour descendre les marches de l’avion pic.twitter.com/kT5j2NXait
— Press TV Français (@fr_presstv) May 26, 2025
“Fue un momento en el que el presidente y su esposa se relajaron por última vez antes de comenzar el viaje, riendo un poco. Es un momento de complicidad”, explicaron oficialmente desde el Elíseo. Pero las imágenes hablaban por sí solas, y lo que para algunos fue una caricia malinterpretada, para otros fue una bofetada con todas las letras.
Una historia de amor que siempre estuvo bajo el foco
La relación entre Emmanuel y Brigitte Macron ha sido observada con lupa desde sus comienzos. Ella, 24 años mayor que él, fue su profesora de literatura en un colegio jesuita de Amiens cuando él tenía solo 15 años. Entonces, Brigitte estaba casada y tenía tres hijos. Lo que comenzó como un vínculo académico se transformó en una historia de amor que desafió convenciones y que acabó por convertirse en una de las relaciones más mediáticas del panorama político mundial.
Brigitte ha confesado en varias entrevistas el complejo proceso que vivieron: “Yo me tomé el tiempo necesario para no arruinarles la vida. Aquello duró 10 años”. Y sobre su decisión final, afirmaba: “No quería perderme mi vida”. Por su parte, Emmanuel siempre ha defendido el papel crucial que su esposa ha jugado en su trayectoria: “Ella fue la valiente. La que mantuvo la determinación. Yo solo era un colegial”.
Sin embargo, la fuerza que ambos demostraron en el pasado ahora parece flaquear. Las imágenes recientes reflejan una desconexión emocional cada vez más evidente.
Del amor imposible al distanciamiento público
Lo que durante años fue visto como una historia romántica y valiente, ahora se tambalea ante la mirada escrutadora de la prensa internacional. Y aunque ambos han preferido guardar silencio ante los rumores, lo cierto es que las apariciones públicas recientes han estado marcadas por la frialdad, la distancia y los gestos evitados.
En política, como en la vida, los silencios también comunican. Y en el caso de los Macron, todo parece indicar que su historia de amor está atravesando un capítulo complicado. Tal vez sea solo un bache. O tal vez, como algunos apuntan, estemos presenciando el comienzo del fin de una de las relaciones más singulares del panorama político europeo.
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