Qué bien estoy

Cómo tener presente lo bueno para enfrentar lo malo

En el ascensor, en la pausa del trabajo, en el café con los amigos: la queja está siempre presente en la conversación. Ciertamente, se podría decir que la queja es el tema que más nos gusta. Cualquiera puede charlar sobre la mañana lluviosa, el dichoso atasco… Fácil, ¿verdad?

Pero también sucede que la queja va dándole a nuestra manera de expresarnos ese matiz negativo. Y la forma en la que los demás nos perciben también cambia, claro está.

Todos conocemos a alguien que se aproxima como un nubarrón y que, después de un rato, parece dejarnos tristes, desesperanzados o enfadados. No es raro que ese tipo de personas se mantengan siempre alejados de la acción, paralizados en su queja.

Sin embargo, también podemos pensar rápidamente en esas personas que miran las cosas de forma diferente. No se dejan llevar por el desánimo aunque ven la realidad y afrontan los problemas. ¿Cómo lo hacen?

Lo cierto es que tenemos el poder de decidir en qué clave queremos interpretar el mundo.

Aunque muchos de nuestros pensamientos sean automáticos, somos nosotros los que decidimos qué atender, qué ignorar, qué vale la pena repensar… Puede que no parezca fácil a primera vista, pero se trata de un ejercicio que todos podemos hacer.

Una manera sencilla de comenzar: se ha puesto de moda llevar agendas en las que dedicar una parte de la entrada diaria a anotar todo aquello que nos ha gustado del día. Se trata de invertir una pequeña parte de nuestro tiempo en darle valor a lo bueno, a averiguar qué ha sido significativo para nosotros o de qué estamos agradecidos. Imaginemos el efecto que puede tener esto en nuestro balance diario: así, las cosas dolorosas o los problemas no lo tienen tan fácil para adueñarse de nuestro pensamiento e incluso de nuestras horas de sueño.

Algunos otros trucos enfoques que nos ayudan a pensar en positivo son estos:

VIVE EN EL AHORA

Por supuesto que ubicarnos en el presente y disfrutar de él va a mejorar nuestra calidad de vida, además de enriquecer nuestra relación con los demás y permitirnos tomar mejores decisiones. El momento presente es realmente el único en el que podemos vivir y donde se decide lo importante.

TRÁTATE BIEN

Muchas veces somos más corteses con los demás que con nosotros mismos. Se nos da bien infundir ánimos y quitarle hierro a lo que nos cuentan, pero cuando nos toca hacerlo con nosotros aparecen la culpa, las exigencias, la decepción. ¿Por qué? ¿Realmente no tenemos derecho a cometer errores? ¿No tenemos permiso para equivocarnos o para no dar el 100% siempre?

BUSCA EL EQUILIBRIO

Lo más lógico es que no todo lo que está sucediendo en tu vida te guste. Puede que tengas alguien querido pasando por una enfermedad o que tu trabajo no esté bien pagado y sea muy estresante. Si bien es cierto que algunas situaciones pesan mucho, no dejemos de cuidar el otro lado: cuando salgo del trabajo me dedico a una afición muy placentera, cuido de mí mismo y de mis amigos… Pensemos en el lado de nuestra vida con el que sí estamos satisfechos, el que nos llena. Y esto nos lleva directamente al último punto.

CAMBIA LO QUE PUEDAS, ACEPTA LO QUE NO

No somos omnipotentes y no podemos ponerlo todo a nuestro favor, pero nada nos retiene a la hora de tomar decisiones en nuestra vida. Con frecuencia subestimamos nuestro poder para cambiar las cosas. Descubre qué puedes cambiar y acepta con serenidad lo que no. Entonces podrás empezar a pensar en positivo.

Os deseaos una feliz semana. Estamos a vuestra disposición en clavepsicologia@gmail.com para cualquier consulta que tengáis. Elena Sánchez-Porro Frías e Irene Albert Cebriá.

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