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Pautas para sobrellevar (y aprender) de las rabietas

Pautas para sobrellevar (y aprender) de las rabietas

 

RABIANDO: Pautas para sobrellevar (y aprender) de las rabietas

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¿Qué ha pasado con mi bebé?. ¿Es este que se ha tirado al suelo del supermercado en pleno berrinche?, ¿el que derramó el desayuno mirándome a los ojos?, ¿el del NO constante?…

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Muy probablemente el padre que se pregunta esto lo hace porque su bebé ha ingresado en los Terribles Dos Años, un período del desarrollo infantil en el que abundan las rabietas y los desafíos.

En este momento nuestro plácido y obediente niño va a iniciar su viaje hacia la independencia. No será sencillo, pero es bueno y necesario. Es su trabajo y, quizá, este sea un punto clave para ayudarnos a sobrellevarlo.

rabietas-5Hasta ahora todo su mundo y nuestra relación se basaban en el apego. Hemos estado disponibles, listos para cubrir cualquier necesidad que se presentase. El niño ha comprendido que estaremos ahí y le querremos en todo momento y suceda lo que suceda. Lo hemos hecho bien.

Pero nuestro pequeño sigue creciendo y necesita “salir al mundo”. La siguiente etapa tendrá que ver con comprender cómo funciona, dónde están sus límites o qué puedo hacer yo solo.

Para poder afrontarla necesita sentir que ese apego que se estableció sigue vigente incluso cuando se porta mal. Sólo así se convertirá en una persona con una autoestima bien anclada, independiente y capaz.

rabietas-portwebAquí la diferencia la marcará nuestra manera de afrontarlo: no será lo mismo pensar que no están poniendo a prueba que pensar que están haciendo lo que les toca, aprendiendo a bandearse en la vida, a manejar la frustración, a interiorizar las normas, etc. Nuestro hijo se está diferenciando de nosotros, lo que es indispensable para llegar a ser un adulto sano.

Y dicho esto pasamos a la siguiente pregunta: ¿qué deben hacer los papás para no morir en el intento? Os damos unas claves para acompañarlos en el proceso incluso cuando falla la paciencia.

La paciencia no sale de la nada, sale de comprender

rabietas-9Podemos interpretar el comportamiento del niño como una forma de desafiarnos. Esto hará que nos pongamos a la defensiva y esgrimamos el maravilloso pero inútil “porque lo digo yo”. Cuando no responda a esto pasaremos a la agresividad, a la amenaza y, mientras tanto, nuestro hijo no ha dejado de aprender.

Ante todo, nosotros somos el modelo que toman nuestros pequeños. Si nos saca de nuestras casillas el que desobedezca aprenderán que pueden influir poderosamente en nuestro comportamiento. También a responder igual que nosotros ante los conflictos.

Si cambiamos el foco de “este quiere guerra” a “voy a enseñarle a pasar por esto” notaremos los efectos en nosotros mismos. Si nadie trata de atacarnos, ¿por qué estar tensos o enfadarnos?

Miremos con cierta distancia la rabieta para poder ayudarles.

Te enseñaré lo que quiero que hagas

rabietas-8Una vez que tenemos el estado de ánimo adecuado podemos pasar a mostrarles el camino. El niño está perdido en un enfado mayúsculo porque es hora de bañarse y no de jugar. Grita, llora y patalea casi sin aliento. Ahora tenemos que enseñarles a salir de ahí.

¿Cómo? Pues ofreciéndoles pequeñas y sencillas pautas. Podemos decirles: cuando dejes de llorar te espero en el baño con el juguete que te gusta. La clave es sencilla: quiero que te calmes para que pasemos a hacer otra cosa divertida.

No responderán inmediatamente. Necesitan tiempo para calmarse y para interesarse por la siguiente actividad. A veces tendremos que repetir muy calmadamente la instrucción y estar atentos a lo que hacen para animarles. Podemos pasar cada cierto tiempo por su cuarto y decirles: ya te has calmado un poquito. Fenomenal. ¿Te ayudo a escoger el juguete para la bañera? Así le damos los pequeños empujoncitos que necesita.

También podemos ayudarles a identificar lo que sienten y a expresarlo con palabras. Así se sentirán escuchados y comenzarán a elaborar un vocabulario emocional.

Negociando

rabietas-3Nadie ha dicho que no podamos ser flexibles de vez en cuando. Abandonar la idea equivocada de que nos están poniendo a prueba nos dará la confianza y la tranquilidad necesarias para suavizar las cosas en algún momento.

Llegar a pequeños acuerdos será muy beneficioso para el niño, enseñándoles que la convivencia está basada en ceder para ganar.

A los más pequeños les cuesta proponer opciones así que podemos entrenarlos en ello ofreciéndoselas nosotros y permitiéndoles elegir. De esta forma les permitimos seguir ejerciendo control sobre su vida y tomar pequeñas decisiones, pero dentro de un plan.

Así también mostramos respeto por lo que ellos sienten y sus deseos. Reconocemos que desean hacer otra cosa, pero que no puede ser en este momento, y nos saltamos la rabieta haciéndole mirar hacia adelante y elegir otras opciones.

¡Os deseamos una feliz semana! Elena Sánchez- Porro Frías (CL-03770) e Irene Albert Cebriá (CL- 03674).

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