Decimos adiós a «My Hero Academia» recordando lo mucho que nos ha enseñado

Toca despedirse de un anime que nació como una historia de superhéroes para niños, pero que a lo largo de sus 8 temporadas ha conquistado los corazones de millones de personas, jóvenes y adultos, de todo el mundo.

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«My Hero Academia» (Boku no hero academia, en japonés) ha llegado a su final y con él decimos adiós a un “anime para adolescentes” que ha acabado conquistando a fans adultos de todo el mundo. Pero ¿qué tiene de especial la historia de Horikoshi Kōhei que acaba de emitir su último capítulo?

«Tú también puedes ser un héroe»

La historia de «My Hero Academia» parecía bastante simplona de entrada: la de un joven llamado Izuku Midoriya que vivía en una época en la que el 80% de la población había desarrollado algún poder y la profesión de héroe era una de las más admiradas. El problema es que Midoriya, que quería ser como All Might, el Nº. 1 de los héroes, no tenía ningún poder… Hasta que un día conoció a su adorado All Might y su vida dio un vuelco radical cuando le cedió su poder y le dijo: «tú también puedes ser un héroe».

Esta ha sido la GRAN frase que nos ha acompañado durante las 8 temporadas, encarnada en ese joven que nació sin poderes, pero al que veremos convertido en el mayor héroe de todos los tiempos. Y esta es la primera enseñanza que nos ha regalado su creador Horikoshi: si te esfuerzas lo suficiente, podrás vencer cualquier obstáculo que se te ponga por delante.

Ahora bien, para poder cumplir ese sueño, da igual lo mucho que te esfuerces, tienes que aceptar que tú solo no puedes y que necesitas la ayuda de los demás. Y esta ha sido la segunda moraleja de este gran anime, además de una de las grandes diferencias con respecto a otros más tradicionales en los que destacaba un protagonista principal, mientras que el resto eran meros secundarios que parecía que solo estaban ahí para que el “prota” brillara más.

Esta es «nuestra historia»

Sin embargo, en «My Hero Academia» eso no pasa. Hasta el punto, incluso, de que en su final no se ha despedido recordándonos que «esta fue mi academia de héroes» sino que fue «nuestra academia de héroes». Porque Midoriya solo fue uno más de los jóvenes que soñaban con convertirse en héroes y razón por la que entraron en la Academia de héroes UA que da título al anime. Y por eso desde el primer al último capítulo los hemos visto luchar por conseguir sus sueños. A veces solos, pero otras veces juntos, conscientes de que por muy poderosos que fueran individualmente, había ocasiones en las que eso no bastaba.

E incluso más allá. Porque en la despedida de MHA no podía faltar ese «ve más allá», ese «plus ultra» que han gritado sus protagonistas desde el primer instante y que, tal vez, ha conseguido que su final sea un poquito menos triste… Solo un poquito.

Porque no nos ha dejado con un categórico FIN sino con un «nuestra historia continúa…». Y así, al igual que Midoriya fue inspirado por su héroe All Might, le hemos dicho adiós viendo como ahora será él y sus compañeros los que inspirarán a los jóvenes héroes del futuro. Y a todo el mundo en realidad, porque absolutamente todos tenemos el poder de marcar la diferencia en las personas que nos rodean.

Personajes de «My Hero Academia» que no han dejado de evolucionar 

Entre los alumnos de la UA que han acompañado a Midoriya a lo largo de la serie no podemos olvidarnos de Katuski Bakugo. Pero no porque tuviera un poder explosivo que lo hacía especialmente fuerte, sino porque gracias a él (o por cuál de él) hemos recibido otra enseñanza especialmente valiosa para el público más joven.

Bakugo era el amigo de la infancia de Midoriya que también soñaba con ser un héroe, pero, al descubrir que Izuku no tenía poderes, fue especialmente cruel con él. Y el bullying al que le sometió durante años hizo que fuera el personaje más odiado de todos.

Pero llega la parte buena de la historia y la que ha hecho que termine siendo uno de los personajes más queridos. Porque con la evolución que ha sufrido este personaje, lenta pero constante, Bakugo nos ha enseñado la importancia de reconocer los errores y arrepentirnos de ellos. De pedir perdón. De intentar cambiar para que, dado que no podemos borrar el daño que hemos causado, que al menos sirva para convertirnos en mejores personas.

«¿Quién tiende la mano al héroe cuando necesita ayuda?»

Esta es otra de las grandes frases que ha tocado a los fans de My hero Academia, encarnada principalmente en la figura de Uraraka Ochako, quien también soñaba con convertirse en heroína. Y con ella, gracias a su sorprendente capacidad para empatizar con todo el mundo, villanos incluidos, hemos podido conocer de verdad a personajes que el resto del mundo consideraba un enemigo y que nunca se había preguntado por qué actuaban así. Qué motivaciones tenían o qué habían vivido para acabar comportándose de esa manera.

Evidentemente, la forma de ser de Uraraka nos ha regalado algunos de los momentos más emotivos de toda la serie, pues con ella hemos aprendido esa idea de que un villano no nace, sino que se hace. Y que, si tal vez escucháramos de verdad a esa persona a la que consideramos un enemigo, nos daríamos cuenta de que no es tan mala como creíamos.

Pero, además, con el último capítulo, que sirve de perfecto cierre del círculo, hemos descubierto que esa enseñanza sirve para todo el mundo. Porque en realidad da igual si somos héroes o no, a veces solo basta con pararse y tenderle la mano a esa persona que necesita ayuda.

«Si nos hubiéramos conocido antes, ¿habría sido distinto?»

Por último, llegamos a la enseñanza más trágica de «My Hero Academia». Porque dentro de esa idea de que los villanos no son personas malvadas que odian al mundo porque sí, también hemos descubierto a personas que han acabado así porque, simplemente, han tenido mala suerte en la vida.

Esto es algo que se ha visto perfectamente gracias a la dualidad entre héroes y villanos que han marcado el desarrollo de toda la serie. Con ella hemos descubierto que las historias de Midoriya y de Shigaraki, el gran villano de MHA, eran prácticamente la misma, con la única diferencia de que Shigaraki tuvo la mala suerte de conocer a la persona errónea en un momento decisivo de su vida.

Lo mismo ocurrió con Uraraka Ochako y Toga Himiko, otra de las grandes “villanas”. O con los hermanos Todoroki que, aun sufriendo la crueldad de un padre obsesionado porque sus hijos consiguieran lo que él no había podido, el destino hizo que unos se hundieran mucho más en ese odio, lo que acabó afectando a sus vidas para siempre.

Es triste, cierto. Es cruel, por supuesto. Pero a veces la vida es cruel y eso es algo que los grandes animes, como «My Hero Academia», no tienen ningún reparo en recordarnos, alejándose del «happy ending» perfecto. 

Plus ultra, «My Hero Academia»

En definitiva, «My Hero Academia» nos ha enseñado que hay veces en las que no basta con esforzarse para conseguir nuestro sueño y que da igual las veces que repitamos “gambare” (“ánimo”, “tú puedes”). Porque a veces habrá alguien o algo que nos lleve a recorrer un camino que jamás habríamos imaginado. Y ese algo no deja de ser la vida misma, que a veces se vuelve especialmente cruel, por lo que no queda más remedio que aceptarlo e intentar seguir adelante.

Esta última enseñanza ha tocado a todos por igual, ya sean jóvenes o adultos. Y es lo que ha conseguido que con este anime hayamos reído y disfrutado de las aventuras de los jóvenes héroes, pero que también hayamos llorado. Mucho.

Y que haya sido capaz de despertar tantos sentimientos es la mejora señal de que «My Hero Academia» ya es un anime inolvidable que quedará para siempre en nuestros corazones.

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