La empresaria testificó entre lágrimas en el juicio contra los acusados que perpetraron el violento robo que sufrió en París en 2016. El proceso ha reabierto el debate sobre la seguridad de las celebridades.
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Nueve años después del robo que paralizó a la industria del entretenimiento, Kim Kardashian ha comparecido en el tribunal de París para revivir uno de los episodios más traumáticos de su vida. «Estaba segura de que iba a morir», declaró ante el juez, visiblemente emocionada. El juicio busca esclarecer los hechos ocurridos aquella madrugada del 3 de octubre de 2016, cuando varios hombres armados irrumpieron en su suite de lujo y la dejaron marcada para siempre.
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Durante su estremecedor testimonio, la celebridad estadounidense detalló cómo, estando sola en su apartamento durante la Semana de la Moda, fue sorprendida por dos hombres encapuchados y armados, vestidos como policías. «Pensé que me iban a disparar. Me amordazaron y me ataron con bridas. Estaba desnuda, se me había caído el batín. Temí que me violaran», dijo con la voz quebrada.
El violento robo, valorado en 10 millones de dólares, incluyó la sustracción de joyas y el emblemático anillo de compromiso de 18,88 quilates que Kanye West le había regalado. Los atracadores ingresaron en la suite acompañados del conserje, a quien usaron como traductor improvisado para exigirle sus pertenencias.
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Aunque han pasado casi nueve años, Kardashian confesó que las secuelas emocionales aún la persiguen. «Ahora necesito entre cuatro y seis vigilantes para poder dormir tranquila», reveló. Según contó, tras liberarse con las manos aún atadas, logró llegar a la habitación de su estilista Simone Harouche para pedir ayuda.
El juicio, iniciado el 28 de abril de 2025, tiene en el banquillo a diez personas —conocidas mediáticamente como la “banda de los abuelos” por su avanzada edad— acusadas de orquestar el atraco. Algunos han aceptado los cargos; otros continúan negando su implicación.
Reflexiones sobre justicia y rehabilitación
La empresaria también habló sobre su compromiso con el sistema judicial estadounidense. «Creo firmemente en las segundas oportunidades», expresó, aludiendo al trabajo que realiza con presos en proceso de rehabilitación. Añadió que ha finalizado sus estudios de Derecho y que su implicación en este juicio no solo responde a su rol como víctima, sino también a su deseo de ejercer como abogada en el futuro.
«Quería participar hoy porque soy víctima de este caso y es la primera vez que puedo escuchar realmente a todos y seguir la historia. Esta es mi oportunidad de cerrar este capítulo y dejar todo esto atrás», afirmó con convicción.
La declaración de Kardashian ha reavivado la discusión sobre la exposición pública de las celebridades y los riesgos que ello implica. «Fue aterrador y me cambió la vida», concluyó. Con su testimonio, la estrella no solo busca justicia, sino también enviar un mensaje de advertencia: “No le deseo ese tipo de terror a nadie: pensar que podrían matarte o violarte. No se lo desearía ni a mi peor enemigo”.
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