Una emotiva carta y una difícil situación familiar marcan el adiós de José Fernando a Michu.
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La muerte de Michu, a los 33 años, ha dejado una profunda huella en José Fernando Ortega. Aunque su relación sentimental había terminado, el lazo que los unía seguía intacto gracias a la hija que compartían. Tras su fallecimiento por una afección cardíaca, el hijo de José Ortega Cano y Rocío Jurado rompió su silencio con un adiós publicado en sus redes sociales.
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Acompañando dos imágenes significativas —una junto a Michu en la playa y otra con su hija—, José Fernando compartió unas palabras cargadas de emoción: «Siempre será nuestro», escribió, refiriéndose al amor que los unió. En su carta, asegura que ni él ni su hija olvidarán el cariño, los sueños ni la luz que Michu dejó en sus vidas.
Un homenaje desde el alma
En su mensaje, José Fernando rechazó ver la muerte como el final definitivo. Prefiere creer que se reencontrarán algún día. Describe a Michu como una mujer luminosa, alegre y con una manera única de vivir. “Siempre serás recordada por tu sonrisa en el alma y tu cantar hacia el viento”, expresó. El texto finaliza con una petición al cielo: “Brilla como nunca jamás… Te amamos, Mami”.
Custodia en el aire: ¿dónde vivirá la hija de ambos?
La niña, de ocho años, ha quedado huérfana de madre. Debido a la situación legal y médica de José Fernando, actualmente no puede hacerse cargo de ella. La pequeña permanece al cuidado de su familia materna en Cádiz, aunque él desea que viva en Madrid, cerca de su entorno paterno.
El deseo de José Fernando es claro: recuperarse y poder estar junto a su hija. Su hermana, Gloria Camila, ha afirmado públicamente que él quiere “hacer las cosas bien” y dejar atrás el centro donde sigue internado. Sin embargo, la custodia aún está por resolverse, y diversas voces en la familia han expresado opiniones distintas.
Una familia entre el duelo y la incertidumbre
La muerte de Michu ha afectado profundamente a ambas familias. La abuela materna, Inma Gamaza, expresó su voluntad de quedarse con la custodia de la niña, mientras que Ortega Cano, abuelo paterno, ha pedido prudencia y dejar que el tiempo defina el camino. “Es cuestión de la familia”, dijo con serenidad ante los medios.
La hermana de Michu, por su parte, se mostró disconforme con la actitud de la familia Ortega Cano tras el funeral, aunque evitó entrar en detalles. El sepelio se celebró en el cementerio de Arcos de la Frontera, cumpliendo con el deseo de la familia materna.
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