Los mellizos reales de Mónaco han protagonizado una jornada religiosa y familiar que refuerza la imagen de unidad del Principado.
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Este domingo, Mónaco ha vivido una jornada de especial relevancia para su familia real. Jacques y Gabriella, los mellizos del príncipe Alberto y la princesa Charlène, recibieron el sacramento de la Primera Comunión en la iglesia de San Carlos. A sus 10 años, los pequeños han dado un nuevo paso en su formación espiritual, marcando un momento significativo dentro de la tradición católica.

La celebración ha sido también una ocasión para mostrar una imagen sólida del núcleo familiar Grimaldi. «En este día de la Primera Comunión, dirigimos nuestras más sinceras felicitaciones al Príncipe heredero Jacques y a la Princesa Gabriella, quienes han recibido este sacramento con fe y recogimiento», expresó el Palacio del Principado en sus redes oficiales.
Comunión de Jacques y Gabriella: Sobriedad, tradición y familia
Luciendo túnicas blancas y una sencilla cruz de madera, Jacques y Gabriella reflejaron el carácter solemne del evento. Gabriella optó por una diadema discreta, mientras Jacques, heredero al trono, destacó por su porte firme y elegante. El look de ambos no pasó desapercibido, consolidando su imagen como jóvenes miembros de la realeza europea.
El acto reunió a los miembros más cercanos de la familia Grimaldi y a amigos íntimos de los príncipes, en un ambiente reservado. Las imágenes difundidas muestran a los niños junto a sus padres en el Palacio de Mónaco, todos con sonrisas serenas y atuendos sobrios. La princesa Charlène, en particular, ha transmitido tranquilidad, en un momento en que se habían multiplicado los rumores sobre su vida personal.
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Diez años después del bautizo
La fecha elegida para la ceremonia no fue al azar: coincide con el décimo aniversario de su bautizo, celebrado el 10 de mayo de 2015. Desde entonces, los mellizos han ido asumiendo con naturalidad el rol que les corresponde dentro del Principado. «En este día de Primera Comunión, extendemos nuestras más sinceras felicitaciones al Príncipe Heredero Jacques y a la Princesa Gabriella que recibieron este sacramento con fe y reverencia», se reiteró desde Palacio.
Más allá de lo religioso, este año ha marcado un punto de inflexión para los pequeños. Acompañaron recientemente a sus padres en un acto institucional clave, lo que confirma su creciente implicación en la vida pública. Con una educación que combina lo espiritual, lo académico y lo protocolario, Jacques y Gabriella continúan creciendo bajo los focos, pero con paso firme y discreto.
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