Tras dos años de silencios, tensiones y mensajes cruzados, Bertín Osborne y Gabriela Guillén han logrado firmar, por fin, un acuerdo regulador sobre la manutención y las visitas del pequeño Arian David. Un pacto que llega después de amenazas legales, discrepancias económicas… y hasta la venta de la emblemática casa del cantante.
Índice de Contenidos
- 1 Tras dos años de silencios, tensiones y mensajes cruzados, Bertín Osborne y Gabriela Guillén han logrado firmar, por fin, un acuerdo regulador sobre la manutención y las visitas del pequeño Arian David. Un pacto que llega después de amenazas legales, discrepancias económicas… y hasta la venta de la emblemática casa del cantante.
- 1.1 El ultimátum que lo cambió todo
- 1.2 La manutención: retroactividades, números y tensiones económicas
- 1.3 Un régimen de visitas adaptado a la agenda del cantante
- 1.4 La sombra de Fabiola Martínez y el consejo que no gustó
- 1.5 La venta de la mansión: un giro inmobiliario en plena guerra legal
- 1.6 ¿Punto final o pausa provisional?
- 1.7 Related Images:
La historia entre Bertín Osborne y Gabriela Guillén ha sido un carrusel mediático, sentimental y legal. Desde el nacimiento de su hijo en diciembre de 2022, ambos han protagonizado una batalla silenciosa que terminó estallando públicamente cuando la fisioterapeuta decidió sentarse en televisión para lanzar un ultimátum: o firmaba el convenio, o habría demanda.
Ese mensaje parece haber surtido efecto, porque el artista ha estampado su firma —telemáticamente— en un acuerdo que regula tanto las obligaciones económicas como el régimen de visitas. Pero, como en toda novela judicial, nada ha sido tan sencillo. Entre retroactividad, condiciones inesperadas y tensiones por la custodia, aún quedan capítulos por analizar.
El ultimátum que lo cambió todo
Gabriela Guillén, harta de esperar la firma del convenio, explotó en ‘¡De Viernes!’. Allí aseguró: «Le he mandado el convenio regulador hace tiempo y no lo ha firmado. Ya no puedo más, lo siguiente será una demanda». No era un farol. Con estas palabras, colocó al cantante en una posición límite que terminó empujándolo a firmar el documento días después.
Para Gabriela, este gesto es un alivio: «Estoy muy contenta por el paso y el acuerdo que hemos llegado el padre de mi hijo y yo, estoy muy bien, tranquila», confesaba radiante ante los medios.
La manutención: retroactividades, números y tensiones económicas
El convenio recoge una cantidad mensual que Bertín Osborne aportará para cubrir los gastos del pequeño Arian. Una cifra acorde —aseguran— a la realidad económica del artista, cuyos ingresos no atraviesan su mejor momento.
Pero el punto más delicado ha sido otro: el carácter retroactivo del pago, algo con lo que el cantante no estaba del todo conforme, tal y como desveló la periodista Beatriz Cortázar. Finalmente, él ha cedido y ese punto también queda cerrado.
Un régimen de visitas adaptado a la agenda del cantante
La teoría es simple: el menor tiene derecho a ver a su padre. La práctica, más complicada. Según el acuerdo, las visitas no tendrán días fijados, sino que se adaptarán a las posibilidades reales del cantante. Gabriela, consciente de que forzar encuentros no ayuda a nadie, ha aceptado esta flexibilidad.
Eso sí, aquí aparece otro de los puntos calientes revelados por Paloma García-Pelayo: Gabriela habría pedido que ella estuviera presente en todos los encuentros, algo a lo que Bertín se niega rotundamente. «Ella pide un régimen de visitas… ella pone la condición de que siempre esté ella presente, algo a lo que Bertín no cede«, detallaba la colaboradora.
La paraguaya lo ha explicado así a los medios: «No es que yo quiera estar presente, el niño es menor con lo cual tiene que estar una persona… O sea, las dos partes, supongo«. Por ahora, ese matiz sigue siendo un punto sensible entre ambos. ¿Enfadado él? ¿O malentendidos por terceras personas?
Tras la intervención televisiva de Gabriela, se especuló con un presunto enfado monumental por parte del artista. Ella lo niega: «Eso es totalmente mentira y lo puedo afirmar. Él no está enfadado y las cosas están bien, solucionado y ya está».
La paraguaya culpa a los mediadores y la falta de comunicación directa por las confusiones: un clásico de las guerras familiares mediáticas.
La sombra de Fabiola Martínez y el consejo que no gustó
Fabiola Martínez, exmujer del cantante, dejó un recado público: «No puedes ir a la fuerza con Bertín Osborne, por las malas no vas a conseguir nada«. Gabriela, muy diplomática pero firme, respondió: «Ella tiene su opinión como cualquiera la puede tener y supongo que lo dirá porque conoce a Bertín«.
Y anunció algo más: está escribiendo sus memorias, donde piensa plasmar cada etapa, cada decepción y cada declaración que la ha herido.
La venta de la mansión: un giro inmobiliario en plena guerra legal
En pleno proceso del acuerdo, Bertín también ha sorprendido al poner a la venta la casa en la que se grabó Mi casa es la tuya: mil metros cuadrados en La Florida (Madrid) por 4,5 millones de euros.
Una mansión con cocina de programa de televisión, jardines con piscina y suites enormes. Un movimiento que coincide con este reajuste vital y económico, y que él mismo habría necesitado dada su actual situación financiera.
¿Punto final o pausa provisional?
Ambas partes aseguran que “esta semana está todo solucionado”, pero lo cierto es que los flecos emocionales, logísticos y paternales siguen ahí. Bertín ha visto al pequeño apenas tres o cuatro veces en dos años, según ha contado Gabriela, y ahora deberán construir un vínculo desde cero… o desde donde les deje su tensa historia.
Por ahora, hay un acuerdo. Un documento firmado. Una paz —si bien frágil— establecida. ¿Será este el comienzo de una nueva etapa? ¿O simplemente un armisticio temporal?

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