Ivet Playà narra cómo una admiración por su ídolo, Alejandro Sanz, ha acabado convirtiéndose en un doloroso recuerdo. El cantante emite un comunicado tras las duras acusaciones.
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Ivet Playà, una joven catalana de 27 años, ha alzado la voz para contar lo que, según ella, fue una experiencia transformadora y, finalmente, traumática con Alejandro Sanz. Su historia, relatada a través de varios vídeos en redes sociales, se remonta a 2015, cuando tenía apenas 18 años y comenzó a interactuar con el cantante, uno de los artistas más reconocidos del panorama musical español.
@ivetplayaY ahora yo.♬ sonido original – Ivet Playà
Un encuentro que cambió su vida
En sus palabras, lo que empezó como una simple admiración de fan fue evolucionando hacia una conexión más personal. A los 19 años, trabajando como dependienta, Ivet recorrió el país para asistir a diez conciertos del cantante en un mes y medio. Poco después, relata, fue contratada para trabajar en su entorno profesional, lo que la llevó a mudarse sola de Barcelona a Madrid.
De fan a relación íntima
La relación fue intensificándose y traspasando los límites laborales. Ivet asegura que pronto se generó un vínculo personal y también íntimo y sexualentre ambos, a pesar de la diferencia de edad: ella, menor de 20; él, por entonces cerca de los 50. «Me hizo sentir especial», comenta, pero esa sensación se desvaneció con el tiempo, dejando lugar a emociones muy distintas: angustia, incomodidad, y lo que describe como una constante invasión de su privacidad.
La joven incluso afirma haber sentido que alguien cercano al artista vigilaba sus comunicaciones privadas, lo que contribuyó a un creciente malestar emocional. «Me sentí completamente desprotegida», confiesa, recordando ese periodo como una etapa de aislamiento emocional y desequilibrio.
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Un testimonio para visibilizar
Aunque Ivet deja claro que no acusa al cantante de delitos concretos, sí habla de una profunda herida emocional causada por un desequilibrio de poder y una idealización rota. Con sus palabras, busca generar conciencia sobre cómo figuras con gran influencia pueden ejercer un poder desmedido sobre admiradores jóvenes, especialmente cuando hay una diferencia generacional y de estatus tan marcada.

«Sus acciones llegaron a traspasar cualquier límite de lo que yo consideraba, y considero, moral e incluso, humano», denuncia. «Recuerdo una entrevista que dio en marzo de este año, donde decía que se lleva a gente por delante, y decía que es peligroso. Y si tú, que has llegado hasta aquí, te preguntas que por qué estoy aquí contando esto, es porque a mí Alejandro Sanz me ha llevado por delante. A mí me ha dado miedo. Él mismo lo reconoce», confiesa.
Para ella, su historia va más allá de lo personal. «Ya no soy aquella chica que soñaba con estar cerca de él. Hoy soy una mujer que comprende lo que es un vínculo sano», declara.
Con este testimonio, espera que otras personas en situaciones similares encuentren valor para cuestionar vínculos desiguales y hablar de sus experiencias.
Alejandro Sanz contesta vía comunicado
Tras 48 horas de silencio, Alejandro Sanz ha respondido públicamente a las acusaciones de Ivet Playà, quien lo señaló por un supuesto comportamiento «inhumano» y «moralmente cuestionable». En un comunicado, el cantante lamenta la ruptura del vínculo que compartían: “Yo tenía un recuerdo muy bonito de nosotros dos, personas adultas que compartían su cariño, siendo libres”.
Explica que en mayo ella le propuso invertir en un negocio familiar, pero tras consultarlo con sus asesores, decidió no participar. “Siento que tu reacción sea esta”, añade, asegurando que nunca ha estado vinculado a prácticas poco éticas. Sanz finaliza su mensaje deseándole a Ivet que encuentre su camino y felicidad.
Desde su entorno, niegan rotundamente cualquier trato vejatorio hacia la joven y advierten que, si es necesario, se le exigirá probar judicialmente sus afirmaciones. Además, destacan que no sería la primera vez que alguien del entorno profesional del artista intenta ganar notoriedad mediante la filtración de información privada.
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