Isa Pantoja comparte abiertamente el proceso emocional que enfrenta en el postparto de su segundo hijo.
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El pasado 22 de junio, Isa Pantoja se convirtió en madre por segunda vez con la llegada de Cairo, su primer hijo junto a su esposo Asraf Beno. Aunque el embarazo fue una etapa llena de ilusión y seguimiento constante en redes, la influencer ha reconocido que el postparto no está siendo tan idílico como imaginaba. Con total franqueza, Isa ha querido visibilizar una parte poco hablada de la maternidad: el torbellino emocional tras el nacimiento.
Un postparto emocionalmente exigente
En una reciente publicación en su cuenta de Instagram, Isa mostró una imagen suya acostada en la cama, acompañada de una reflexión que ha despertado preocupación entre sus seguidores. “Creí que no tendría bajones, pero han vuelto de golpe”, escribió. Con esas palabras, confesaba que nadie le había advertido lo duro que podría ser el posparto. A pesar del apoyo de su pareja y familiares, Isa siente una especie de soledad emocional difícil de explicar. “No sé cómo pedir ayuda. Me cuesta entender a mi bebé mientras intento reencontrarme conmigo misma”, añadía.
Físicamente mejor, pero aún vulnerable
Aunque asegura estar recuperándose bien a nivel físico —incluso ha logrado perder casi todos los kilos ganados durante el embarazo—, Isa admite sentirse más vulnerable de lo esperado. Las hormonas, la falta de sueño y la entrega constante al cuidado del bebé han hecho que tenga menos apetito y que, a menudo, se sienta sobrepasada. En sus palabras: “Me cuesta hasta beber agua, pero sé que es importante para sentirme mejor”.
Apoyos, rutinas nuevas y cambios inevitables
Asraf Beno, su esposo, también ha hablado públicamente sobre cómo están enfrentando esta etapa como familia. En declaraciones recientes, reconoció que Isa ha atravesado momentos de profunda tristeza. “Es un periodo feliz, sí, pero también muy duro para ella”, afirmaba. Ambos intentan adaptarse a las nuevas rutinas que trae consigo un recién nacido, incluyendo noches sin dormir y mucha entrega emocional.
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Una etapa tan hermosa como desafiante
Lejos de idealizar el proceso, Isa ha querido compartir la realidad de muchas madres: la dificultad de conciliar la alegría por el nacimiento con el desgaste físico y mental que conlleva el posparto. “Quisiera congelar este momento, pero siento que se me escapa. Todo avanza muy rápido”, expresaba con nostalgia. Con estas palabras, deja claro que la maternidad también implica enfrentarse a emociones intensas y contradictorias.
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