La comunión de los hijos de Alejandro Sanz, Dylan y Alma mostró el lado más cercano, cálido y familiar del cantante español.
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Noche de confidencias y emociones fuertes con tres protagonistas femeninas en ‘De Viernes’
Alejandro Sanz y su exesposa, Raquel Perera, celebraron la Primera Comunión de sus hijos Dylan, de 13 años, y Alma, de 10, en un escenario muy especial: la finca “El Sueño de los Parrales” en Jarandilla de la Vera, el mismo lugar donde la pareja contrajo matrimonio en 2012. Pese a su separación en 2019, ambos demostraron que su compromiso con sus hijos está por encima de cualquier diferencia personal.
Detalles cuidados y estilo moderno
La ceremonia estuvo cargada de simbolismo, detalles personalizados y una estética sencilla pero elegante. Dylan lució un traje de lino beige acompañado de una camiseta marrón, un conjunto poco convencional para este tipo de celebraciones. Alma, por su parte, llevó un vestido fluido en tonos neutros, con mangas mariposa y un lazo dorado.
Raquel eligió un conjunto de dos piezas con estampados coloridos y bordados dorados, mientras que Alejandro optó por un traje claro, acorde al estilo relajado del evento. También estuvieron presentes los hijos mayores del artista, Manuela y Alexander, así como su actual pareja, Candela Márquez, plenamente integrada en el entorno familiar.
Una familia diversa, pero unida
Las imágenes compartidas en redes sociales muestran una estampa familiar sincera y cálida. Raquel Perera y Manuela, hija mayor de Alejandro, fueron las encargadas de documentar los momentos clave de la jornada. En las fotos, se aprecia a toda la familia reunida, compartiendo sonrisas, abrazos y complicidad, dando ejemplo de que la armonía puede existir incluso después de una separación.
Candela Márquez, pareja actual de Sanz, también estuvo presente y en sintonía con los demás miembros del grupo familiar, dejando claro que el bienestar de los pequeños fue el centro de toda la celebración.
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La importancia de preservar los vínculos
Pese a que Alejandro Sanz atraviesa momentos delicados en el plano personal por acusaciones recientes que han salido a la luz, esta celebración sirvió como un paréntesis emocional, en el que el artista estuvo rodeado del apoyo de sus seres queridos. Raquel Perera ha mostrado públicamente su respaldo en más de una ocasión, priorizando siempre el bienestar de los hijos que tienen en común.
Una comunión convertida en símbolo de afecto
Más allá del significado religioso, la celebración de la comunión de Dylan y Alma fue una declaración de intenciones: mantener el respeto y la unión por encima de las circunstancias. Como escribió Raquel en una de sus publicaciones: “Caminando con flores se abre siempre un bosque encantado”, una frase que resume a la perfección el espíritu de una jornada que quedará grabada en el recuerdo de todos los asistentes.
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