El príncipe Enrique de Dinamarca, marido de la reina Margarita II, falleció este martes por la noche a los 83 años de edad, según comunicado de la casa real danesa.
Henri de Laborde de Monpezat, el príncipe Hernik de Dinamarca, falleció este martes en su residencia oficial del castillo de Fredensborg, al norte de Copenhague.
“Su alteza real el príncipe Enrique ha muerto en paz mientras dormía a las 23.18 horas del martes 13 de febrero en el palacio de Fredensborg“, ha afirmado la casa real en un comunicado. “Su majestad la reina y sus dos hijos estaban a su lado“, añade.
El príncipe Enrique de Dinamarca fue diagnosticado hace dos semanas de un tumor pulmonar benigno, y estuvo hospitalizado desde el 28 de enero a causa de una enfermedad que sufrió durante un viaje privado a Egipto.
Apenas unas horas antes de su fallecimiento, la casa real danesa había comunicado que el príncipe había regresado a su residencia para “vivir sus últimos momentos“. Además, el pasado mes de septiembre, se hizo público que el Henrik de Dinamarca sufría demencia.
Enrique de Dinamarca nació en Francia en 1934. Enrique se casó con la princesa Margarita de Dinamarca, heredera entonces de la Corona danesa y actual reina y jefa de Estado, el 10 de junio de 1967.
Cuando la princesa Margarita se coronó como Reina de Dinamarca, fue el primer hombre en ser consorte de una monarca en Dinamarca. Sin embargo, el príncipe declaró en una ocasión que no quería ser enterrado junto a Margarita en la necrópolis real de la catedral de Roskilde, porque, según dijo, se había ignorado su deseo de ser rey (en lugar de príncipe) consorte, una vieja reivindicación.
“No es ningún secreto que el Príncipe durante muchos años ha sido infeliz con su papel y el título que se le ha otorgado en la monarquía danesa. Un descontento que se ha incrementado en los últimos años“, confesó Lene Balleby, directora de comunicación de la Familia Real.
El marido de la reina Margarita se retiró de la vida pública en 2016, renunciando a su título de príncipe consorte.
En una controvertida entrevista difundida el pasado mes de agosto, era el propio Enrique de Dinamarca quien se pronunciaba al respecto: “Si la reina quiere que me sepulten junto a ella debe hacerme rey consorte, eso es todo“. Y añadía frases no exentas de polémica como, “ella me toma por tonto” o “no me casé con la Reina para que me entierre en Roskilde“.
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